La Sanación Chamánica son las técnicas ancestrales de sanación apliacadas a la vida cotidiana.
Las técnicas que utilizo son: los viajes con tambor, la sanción a través del sonido, la cosmovisión originaria de las 4 direcciones aplicada a la luna ,los cristales, el sahumado y la recuperacón de alma. Estas técnicas las convino con la sanción energética dando lugar a nuevas técnicas quue surgen espontaneamente trabajando desde la conexión con el paciente y la intuición.
En el taller Sanando El Alma Femenina trabajamos desde la cosmovisión ancestral aplicada a la vida cotidiana actual.
También el Taller De La Luna nos conecta con la primera sabiduría de nuestro ciclo
menstrual.
Ambos talleres se inscriben dentro de un
círculo de sananción.
Los 7 Caminos de la Mujer - El Camino de la Belleza -
El Camino Iniciático Femenino de la Nación Lakota.
por Nelda Ortega
el jueves, 12 de agosto de 2010 a las 17:21
Un mito sioux, el de la Mujer Búfalo
Blanco describe las siete etapas que sigue la mujer en su camino hacia la
autorrealización. El origen del mito Lakota es conocido como "El camino de
la belleza" y es un ritual sagrado que dura toda la vida.
1. El Camino de la Hija.
Este período comprende desde el
nacimiento hasta la aparición de la primera regla. Todavía es una niña, física
y psíquicamente dependiente, mentalmente receptiva, que absorbe todo tipo de
enseñanza, ejemplo o estímulo que se le presenta. Si todas estas influencias
exteriores son apropiadas, estructuradas y emocionalmente equilibradas, la niña
desarrollará el equilibrio, respeto, dignidad y autoconfianza que luego
necesitará como recursos para llevar una vida en armonía con todo lo existente.
2. El Camino de la Mujer.
Abarca los años en que una mujer
desarrolla la autoconfianza, aprendiendo a controlar su vida independiente de
los adultos. Aprende a través de la experiencia personal, desarrolla sus
propias respuestas emocionales y mentales y elige sus relaciones. Empieza a
explorar su sexualidad y a construir su espiritualidad. Son los años en los que
empieza a conocerse y, poco a poco, llega a ser una persona responsable y
madura (en nuestra sociedad actual este período va desde la adolescencia hasta
los 28-32 años).
3. El Camino de la Madre.
Desde el punto de vista espiritual, el
nacimiento de un hijo es el evento más importante de la vida de una mujer; ya
que entonces entra a formar parte de la comunidad espiritual femenina. Al
cruzar la frontera entre la vida y la muerte con el parto es recibida en la
comunidad de las matronas, donde inicia la verdadera enseñanza.
En el período de la madre aprende la
disciplina del sacrificio: cuerpo, tiempo, psique, conocimiento, vida social,
condición económica, relaciones y valores son puestos al servicio de los niños.
Este pasaje, ambivalente como ningún otro, la empuja a superar todos los
límites que tenía previstos.
Aprende a relacionarse en armonía con su
mundo, intentando armonizar sus necesidades individuales con las demandas
externas que constantemente caen sobre ella; alcanza así el poderoso equilibrio
entre realidad interna y externa sobre el cual se basa este ritual sagrado. En
el camino de la madre, la vida espiritual de la mujer pone sus raíces y
florece: no hay que olvidar que en muchas culturas antiguas el dar a luz
simbolizaba para la mujer una iniciación.
4 y 5. El Camino de la Recogedora y el de la
Ritualista.
Ambos caminos son tan
antiguos como la raza humana. Recoger es una disciplina que requiere respeto
antes que nada; desarrolla poderes especiales de observación y discernimiento
en el conocimiento de las estaciones, del clima, de la astronomía y de la
curación. Armada únicamente de conocimiento, de intuición y de oraciones, la
mujer recolecta gran cantidad de plantas y de sustancias minerales para la
cocina, la magia, la higiene y la cosmética. La recogedora tiene que conocer
perfectamente dónde y cuándo encontrar lo que necesita, la forma más adecuada de
conservar, almacenar, preparar las sustancias y utilizarlas en condiciones que
resulten eficaces e inocuas.
Una Mujer Medicina nativa nunca aplica
el mismo remedio al mismo síntoma físico en distintos pacientes, ya que trata
al ser en su totalidad. Para ella "hacer medicina" es conocer al
paciente, a su familia, su condición espiritual, mental, física, ambiental y
social, y cómo combinar todo esto en el proceso de curación. La
aspirante-chamana es también muy consciente del espíritu que hay tras la planta,
roca o cristal usados en el tratamiento, a los cuales hay que dar las gracias
por la ayuda que le están aportando.
Esta parte del trabajo de una Mujer
Medicina se caracteriza por la tensión espiritual, aunque no tan intensa como
en su primer parto, sus primeras reglas o su responsabilidad de mujer joven de
aprender a respetar a los demás (humanos e inhumanos) y a sí misma. Una Mujer
Medicina que no consigue equilibrio, responsabilidad y ser consciente puede
suponer un desastre para toda la comunidad, porque el poder de la mujer es
grande, y cuanto más desarrolle la disciplina y la devoción, más aumentará su
poder.
Las mujeres que siguen el camino de la
recogedora y de la ritualista tienen que ser interiormente seguras, estar
profundamente preocupadas por la vida espiritual del planeta y ser capaces de
sacrificar su trabajo y su ego por el bien de la comunidad. La ley espiritual
básica que la mujer aprende en el camino es que la aspirante a chamana da y da
mucho tiempo antes de recoger, aunque sólo sea poco, y todo lo que obtiene de
su duro esfuerzo y pruebas personales lo tiene que utilizar en alimentar y
fomentar la vida.
6. El Camino de la Maestra.
Aprendiendo, experimentando, alimentando
y trabajando la mujer alcanza la edad en la cual se vuelve transmisora de
sabiduría espiritual y social. Es compartiendo con los demás las técnicas, las
teorías y las experiencias que ha vivido como llega a ser una maestra. Entra en
la menopausia tan profunda y madura como la fruta, como la flora.
Si ha seguido los caminos descritos
anteriormente con armonía entrará en el reino de lo sagrado como miembro de la
comunidad cósmica, derecho que se ha ganado a través de su trabajo, sacrificio
y devoción. En este momento puede elegir su campo de acción puesto que es una
Mujer Medicina, aunque existan otras formas menos obvias de llegar a serlo.
Puede elegir la educación, el servicio
público o cualquier otra profesión; practicará de una forma sana y espiritual
todo lo que decida ser. También puede escoger quedarse aislada o ser una
abuela, continuando con sus nietos, sus bisnietos o bien otros niños sin hogar
ayudándoles a crecer y educándolos.
El modo en que una anciana enfoque su
habilidad y su sabiduría depende de la naturaleza del trabajo espiritual hacia
el cual ha sido conducida. Gran parte de su enseñanza se transmite a través del
ejemplo; ella es un modelo para las mujeres más jóvenes en el camino, y su
presencia y esencia revitalizan y enriquecen la vida de su comunidad entera.
7. El Camino de la Sabia
Alcanzada la vejez, la chamana entra en
el período de la maestría, habiendo desarrollado una verdadera sabiduría. El
sentido del equilibrio que caracteriza al universo es ahora parte profunda de
ella, así como el sentido del humor.
Está en contacto directo con hechos naturales
y sobrenaturales, siendo capaz de aceptar sus directrices. La esfera de su
trabajo ha trascendido su ser personal y privado, su familia; su comunidad se
extiende ahora hacia las estrellas. Es un ser sagrado: es completa.
Los siete caminos proporcionan a la
mujer la fuerza, la disciplina y la profunda conexión que necesita para
canalizar el poder espiritual sin causar daño a sí misma ni a los demás. Le
ayudan a desarrollar humildad, orden, respeto dignidad y el sentido de cuidar a
toda criatura, dándole una profunda comprensión de sí misma en los aspectos
interiores y exteriores.
Existen otras formas de
autorrealización, pero este bellísimo ritual nos recuerda que no hay que quemar
etapas sino vivir con entrega y aceptación todas las experiencias que nos
llegan, sean aparentemente buenas o malas, porque es lo que nos toca vivir, y
probablemente es lo mejor que nos puede pasar.
A menudo las grandes enseñanzas las
encontramos en las pequeñas dificultades diarias, por esto el "camino de
la madre" y el de la "recogedora" son las etapas más difíciles
en la vida de una mujer; es el camino de sacrificio del ego y el aprendizaje
del amor no egoísta, requisitos esenciales para el desarrollo de una conciencia
espiritual y cósmica.
Estos siete caminos son los de toda
mujer que quiere incrementar su poder espiritual a través de toda una vida,
recordando que cada prueba o dificultad que vamos superando es un paso más que
vamos dando en nuestro viaje hacia la totalidad.